En la puerta de la iglesia el Obispo es acogido por el párroco, revestido de capa pluvial, que le ofrece a besar la imagen del crucifijo o el Lignum Crucis y luego el hisopo con agua bendita, y el Obispo se signa y asperja a los circunstantes. Luego el Obispo hace una breve oración en silencio ante el Santísimo sacramento y va al presbiterio, donde el párroco, de pie ante el altar, invita a los fieles a orar por el Obispo y, después de una breve pausa en silencio, dice la siguiente oración:
ORACIÓN del PARROCO
Oh Dios, pastor y guía de todos los fieles,
mira con bondad a tu siervo Demetrio,
a quien has hecho pastor de la Iglesia de Córdoba;
concédele que su palabra y su ejemplo
sean provechosos al pueblo que él preside,
para que llegue a la vida eterna
junto con el rebaño que le ha sido confiado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Luego, si parece oportuno, antes de comenzar a celebrar la Eucaristía, el párroco puede dirigirse a él con estas o parecidas palabras:
Reverendísimo Padre:
El Arciprestazgo de Altoguadiato se alegra de recibir vuestra Visita pastoral. En nombre del mismo, os saludo y recibo como al que viene en nombre del Señor. Os abrimos nuestras iglesias, nuestras casas y nuestros corazones.
La Visita pastoral es para nosotros un estímulo, un despertar, una llamada a una nueva conciencia, a una mayor actividad. Como responsable de todas y cada una de las comunidades de la diócesis, nos vais a ayudar a revisar nuestra vida cristiana y nuestra acción apostólica, para convertirnos más al Señor y ser cada día más fieles al Evangelio de Jesucristo.
Luego el Obispo saluda al pueblo y expone las cosas que van a realizarse durante la Visita. Al final de la alocución, como va a celebrarse la Misa Estacional, se reviste con los ornamentos sagrados.
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